El legado del padre Maciel — bueno y malo — persiste en México

By | March 27, 2012

Ausentes del itinerario papal en el estado de Guanajuato: las víctimas abusadas por el fundador de los Legionarios, el padre Marcial Maciel Degollado.

El padre Maciel murió en 2008, habiéndole pedido el papa Benedicto que dejara de practicar su ministerio en público y que viviera una vida de oración y penitencia.

La orden que fundó en 1941 fue colocada bajo un nuevo liderazgo por el Vaticano en 2010 después de una visita apostólica. Debía ser refundada con un carisma diferente, en repudio del padre Maciel y su trabajo de una vida, que ha quedado enturbiado por las acusaciones de que abusó de seminaristas y tuvo hijos.

El legado y la influencia del sacerdote perviven en México, sirviendo de recordatorio de las deficiencias de la Iglesia en su trato con las víctimas de sacerdotes acosadores y su aparente falta de voluntad de denunciar una cultura persistente de derechos, impunidad y privilegios en la élite económica cortejada por el padre Maciel.

Las víctimas del sacerdote mexicano trataron de hacer escuchar su voz durante la visita papal, que se produjo en el momento en que los Legionarios de Cristo atraviesan un período de incertidumbre organizativa y profundo escepticismo público.

“Amamos nuestra Iglesia”, explicó José Barba, profesor en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y uno de los primeros acusadores del padre Maciel, a Catholic News Service en un breve correo electrónico el 23 de Marzo.

“Sólo luchamos contra la injusticia y la falta de acción cuando son necesarias la justicia y las detenciones”, añadió Barba, coautor de un nuevo libro, “La Voluntad de no Saber”, sobre el escándalo de los Legionarios y la presunta inacción del Vaticano ante las crecientes acusaciones contra el padre Maciel.

El portavoz del Vaticano, el padre jesuita Federico Lombardi, afirmó antes del viaje papal que el papa Benedicto no se reuniría con las víctimas del padre Maciel porque la Conferencia del Episcopado Mexicano no lo pidió. Lo repitió también el 24 de Marzo en León.

Varios analistas de la Iglesia, la Red de Supervivientes de Personas Abusadas por Sacerdotes y los autores de “La Voluntad de no Saber” consideraron incomprensible la falta de un gesto de buena voluntad del papa Benedicto hacia las víctimas de abusos. El pontífice, dijeron, se reunió con víctimas en sus viajes a Estados Unidos, Australia, Malta, Inglaterra y Alemania.

“Pareciera que el Papa Benedicto XVI guarda el mismo silencio que el propio Episcopado Mexicano ha mantenido a lo largo de todo este torbellino mediático en que se ha convertido el caso Maciel”, dijeron los autores de “La Voluntad de no Saber” en un comunicado el 24 de Marzo.

El padre Manuel Corral, portavoz de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dijo que la Conferencia iba a emitir un comunicado sobre el tema más adelante.

“La voluntad de no saber”, escrita por Barba; un ex sacerdote, Alberto Athie; y el psicoanalista Fernando González, se presentó el 24 de Marzo en León. La presentación atrajo una atención enorme durante la visita papal, reflejando el impacto duradero del escándalo del padre Maciel y la disposición de los representantes de los medios de abordar ahora un tema con un grupo previamente considerado al margen del escrutinio y la investigación.

“Lo que dice aquí no es mentira” dijo a Catholic News Service el obispo Raúl Vera López de Saltillo.

“Esto refleja mucho dolor”, añadió, señalando una copia del libro y asegurando que conoce a muchas de las víctimas del padre Maciel, a quienes llamó “perjudicadas” por las acciones del padre Maciel.

El libro, que según sus autores se basa en documentos vaticanos anteriormente secretos que van de 1944 a 2001, sostiene que el Vaticano conocía detalles de los pecados del padre Maciel desde hacía décadas, pero no hizo nada.

Las acusaciones vertidas en el libro parecen contradecir los comentarios del papa Benedicto publicados en su libro de 2010 “Luz del Mundo. El papa, la Iglesia y los signos de los tiempos” en los que llamaba al padre Maciel “una figura enigmática” y un “falso profeta”. El papa dijo al periodista alemán Peter Seewald: “Lamentablemente, hemos llegado con mucha lentitud y atraso a abordar estas cuestiones. De alguna manera estaban muy bien ocultadas, y sólo desde aproximadamente el año 2000 contamos con asideros concretos al respecto”.

Fue el papa Benedicto quién al final actuó contra el padre Maciel.

La relación entre su predecesor, el beato Juan Pablo II, y el padre Maciel ha sido considerada estrecha. El padre Maciel se movía con facilidad en el Vaticano, dijo el obispo Vera, añadiendo: “Tenía… una habilidad para repartir dinero”.

Barba atribuye el trato de favor al padre Maciel a su encanto y carisma.

En una entrevista en 2010 a Catholic News Service, Barba también señaló que el padre Maciel y el beato Juan Pablo compartían historias similares de persecuciones contra la Iglesia en sus países de origen.

El biógrafo papal George Weigel ha dicho que el padre Maciel convenció al entonces presidente mexicano José López Portillo para que se reuniera con el beato Juan Pablo cuando llegó a México en el primero de sus cinco viajes al país, en 1979.

El padre Maciel nació en Cotija. El santo Rafael Guizar Valencia era su tío-abuelo.

Más tarde, el padre Maciel fundó los Legionarios de Cristo en la zona sur de Ciudad de México donde, según un reportaje en 2009 en la revista Milenio Semanal, concentró sus esfuerzos en servir a un grupo ampliamente ignorado por las órdenes existentes en su tiempo: los ricos. Abrió academias y universidades, además de escuelas para los pobres conocidas como “Mano Amiga”.

Muchos se sumaron a su orden por convicción, pero Milenio Semanal aseguró que otros se afiliaron a los Legionarios por la necesidad de relacionarse con los ricos y poderosos — lo que es importante en un país donde las relaciones pueden contar tanto como el talento y la habilidad.

Hasta el día de hoy, su reputación persiste, lo que explica en buena parte esta avalancha de atención mediática tan desfavorable, explica el profesor de ciencia política Federico Estévez del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

“Es como la historia de Tiger Woods con una institución”, dijo en 2010.

Está por ver lo que sucederá con los Legionarios y si realmente es una institución basada en Cristo, no centrada en el culto al padre Maciel, como alega Barba.

“Si no se corrigen las bases — las que construyó el padre Maciel — van a continuar produciéndose frutos no demasiado buenos”, dijo el obispo Vera.

El padre José de Jesús Aguilar, director de la radio y televisión de la Arquidiócesis de Ciudad de México, advierte que no se puede desacreditar al grupo, muchos de cuyos miembros, dijo, conducen vidas verdaderamente cristianas.

“Muchas personas de los Legionarios del Cristo son totalmente desconocidas. Si nunca hubieran sabido del Padre Maciel, serían un grupito más entre los demás”, dijo. “Son un grupo que impactó por un escándalo”, no por las acciones de sus miembros.

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