CIUDAD DEL VATICANO — Comenzando el proceso de restaurar el gobierno normal de las diócesis de Chile a raíz de un escándalo de encubrimiento y abuso sexual, el papa Francisco nombró arzobispos para las arquidiócesis de Santiago y Puerto Montt.
En mayo de 2018, cada obispo en Chile ofreció su renuncia al papa Francisco después de una reunión de tres días en el Vaticano para discutir el escándalo de abuso y su encubrimiento.
Para marzo de 2019, el papa Francisco había aceptado las renuncias de ocho de los obispos de una de las 27 diócesis u otras jurisdicciones eclesiásticas del país.
El cardenal Ricardo Ezzati de Santiago fue el último en renunciar. El papa Francisco nombró al obispo Celestino Aos Braco de Copiapó, de 74 años, como administrador de la arquidiócesis en marzo y lo nombró arzobispo el 27 de diciembre.
También el 27 de diciembre, el papa Francisco nombró al exobispo auxiliar de Santiago Luis Fernando Ramos Pérez como arzobispo de Puerto Montt. El nuevo arzobispo, que cumplirá 61 años el 2 de enero, había sido administrador apostólico de la Diócesis de Rancagua desde junio de 2018.
En octubre, el papa Francisco nombró al arzobispo español Alberto Ortega Martín como el nuevo nuncio apostólico en Chile.
Con la diócesis de Copiapó ahora vacante, los nombramientos de diciembre dejan a ocho diócesis chilenas encabezadas por administradores apostólicos.
En julio, la agencia de noticias Reuters informó que funcionarios del gobierno chileno dijeron que estaban investigando más de 150 casos de abuso sexual o encubrimiento en la iglesia. Entre los que están siendo investigados por un posible encubrimiento se encuentran altos miembros del clero, incluidos los dos últimos arzobispos de Santiago: los cardenales Ezzati y Francisco Javier Errazuriz Ossa.